Las plazas de toros, también conocidas como cosos
taurinos y anteriormente como circos taurinos, son recintos cerrados,
generalmente circulares y descubiertos, donde se celebran las corridas de
toros. Sus estilos arquitectónicos son diversos de acuerdo al mayor o menor
grado de antigüedad
, si bien en la actualidad predominan las de estilo neomudéjar. Tienen su origen en la Europa antigua. Principalmente consiste en un anfiteatro cerrado de forma aproximadamente circular con graderías y servicios que rodean un espacio central en donde se realiza el espectáculo taurino, llamado ruedo o redondel –un terreno de tierra batida (arena o albero)– rodeado de un callejón en donde se preparan y refugian los toreros y subalternos. El callejón está separado del ruedo por una estructura o pared, generalmente de madera y de aproximadamente 150 centímetros del altura, que posee estribos hacia el ruedo y en ocasiones también hacia el callejón para facilitar el acceso de los alternantes en caso de emergencia. Dispone de portones de acceso batientes para la entrada y salida de los participantes (puerta de cuadrilla) y de los toros (puerta de toriles y de arrastre) aunque la cantidad y disposición de estos accesos varía de un recinto a otro.
, si bien en la actualidad predominan las de estilo neomudéjar. Tienen su origen en la Europa antigua. Principalmente consiste en un anfiteatro cerrado de forma aproximadamente circular con graderías y servicios que rodean un espacio central en donde se realiza el espectáculo taurino, llamado ruedo o redondel –un terreno de tierra batida (arena o albero)– rodeado de un callejón en donde se preparan y refugian los toreros y subalternos. El callejón está separado del ruedo por una estructura o pared, generalmente de madera y de aproximadamente 150 centímetros del altura, que posee estribos hacia el ruedo y en ocasiones también hacia el callejón para facilitar el acceso de los alternantes en caso de emergencia. Dispone de portones de acceso batientes para la entrada y salida de los participantes (puerta de cuadrilla) y de los toros (puerta de toriles y de arrastre) aunque la cantidad y disposición de estos accesos varía de un recinto a otro.
También hay plazas de toros portátiles, construidas a
base de una estructura metálica o de otro tipo para aislar un espacio y que se
montan y desmontan tradicionalmente en pueblos y ciudades que no disponen de
una plaza fija.
Historia
El desarrollo de recintos con características
específicas para la realización de corridas de toros está relacionado con la
popularización y la profesionalización de los espectáculos taurinos.
La Arena de Nimes. 27 a. C.
Si bien en la antigüedad los circos romanos tenían
características similares a las de las actuales plazas de toros (de hecho las
plazas de toros de Nimes y Arlés, en Francia, son anfiteatros romanos) y el
origen de las corridas está muy relacionado a las antiguas tradiciones romanas.
La tauromaquia es la evolución de los trabajos
ganaderos de conducción, encierro y sacrificio en los macelos o mataderos
urbanos que comenzaron a construirse en España durante el siglo XVI. Estos
profesionales de la conducción del ganado vacuno, entonces todo bravo, y los
matarifes aportaron creatividad y virtuosismo a las tareas más arriesgadas, que
inmediatamente fueron de interés para los más diversos espectadores. Las
primeras noticias sobre estas suertes prodigiosas son del Matadero de Sevilla,
en el cual además está documentada la presidencia encarnada por un
representante de la autoridad municipal, situado en una torre mirador ó palco
proyectado por el arquitecto Asensio de Maeda y conocido por una importante
cantidad de óleos que recogen la actividad taurina en ese momento. En el
matadero sevillano también se proyectaron las primeras tribunas para
espectadores en la segunda mitad del siglo XVI.
Durante el establecimiento de la tauromaquia en la
península ibérica las plazas de toros no fueron comúnmente utilizados para
estos festejos. Cuando las fiestas taurinas eran principalmente realizadas a
caballo, los espectáculos eran públicos y se realizaban en las plazas de las
ciudades. Solo en el siglo XVIII, al evolucionar el toreo hacia la faena a pie
con el surgimiento de figuras como Costillares, Pedro Romero y Pepe-Hillo y
ante el desorden reinante durante estas fiestas, se hace imperante la creación
de espacios que albergasen apropiadamente al público. De hecho tras ser
autorizada en 1730 la construcción de la Plaza de toros de la Real Maestranza
de Caballería de Sevilla para realizar corridas de toros, el coso original
tenía forma rectangular, y no se comenzó la estructura circular actual sino
tres años después.
Otro coso taurino de disposición circular, la Plaza de
toros de Ronda, se comienza a construir en 1754, realizándose las primeras
presentaciones en 1782.
La plaza más antigua es la de Béjar (Salamanca. Su
primera construcción es de 1667, entonces era cuadrada, ya redonda desde
septiembre de 1711
No hay comentarios:
Publicar un comentario